Guía: Calamares frescos
¿Alguna vez has visto calamares frescos en tu mercado local y te has preguntado cómo preparar esta exquisitez culinaria en casa? El calamar es un ingrediente versátil y gratificante, pero manipularlo correctamente es clave para obtener un resultado delicioso. Si bien es un alimento básico en las cocinas de todo el mundo, el calamar verdaderamente fresco es un producto de temporada y especial, capturado localmente en los océanos Atlántico y Pacífico. Debido a su corta vida útil, generalmente se congela instantáneamente inmediatamente después de su captura para conservar su máxima frescura. Esta guía te explicará todo lo que necesitas saber sobre la compra, el almacenamiento y la limpieza de calamares frescos, para que aproveches al máximo este excepcional ingrediente.

Almacenamiento, manipulación y limpieza de calamares frescos
Un manjar especial y de temporada
El calamar fresco es un producto de temporada muy codiciado. Si bien está disponible congelado todo el año, el calamar fresco de cosecha propia se encuentra típicamente en los océanos Atlántico y Pacífico. Debido a su corta vida útil, suele congelarse instantáneamente inmediatamente después de su captura para preservar su calidad y frescura. Cuando tenga la oportunidad de comprar calamar fresco, es una delicia especial que debe manipularse con cuidado y consumirse lo antes posible.
Cómo almacenar su calamar fresco
Recomendamos consumir el calamar fresco inmediatamente después de recibirlo. Su calidad es óptima justo después de ser capturado y comprado. Si necesita guardarlo, puede conservarlo fresco en refrigeración hasta tres días.
Una nota sobre la frescura: Cuando la piel del calamar comienza a adquirir un color rosado o rojizo, es una clara señal de que ya no está fresco y no es apto para el consumo.
Congelación: Si desea conservar sus calamares durante más tiempo, puede congelarlos después de limpiarlos bien. Congelarlos es fácil y se conservan muy bien durante el proceso de congelación y descongelación.
Cómo limpiar calamares
Limpiar bien los calamares frescos es fundamental para prepararlos. Siga estos pasos para obtener un resultado limpio y delicioso:
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Separar la cabeza del cuerpo: Sujetar firmemente el cuerpo y la cabeza del calamar. Separar suavemente la cabeza y los tentáculos del cuerpo. Los órganos internos y la bolsa de tinta deben salir junto con la cabeza.
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Separar la cabeza y los tentáculos: Cortar la cabeza justo por debajo de los ojos para separarla de los tentáculos. Los tentáculos son comestibles; desechar la cabeza y las vísceras.
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Quitar el pico: Si planea cocinar los tentáculos, debe quitarles el pico. El pico es una pequeña pieza cartilaginosa dura ubicada en la base de los tentáculos, donde se unen a la cabeza. Puede extraerlo fácilmente con los dedos.
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Retirar la púa: Dentro de la cavidad corporal del calamar hay un cartílago largo, delgado y transparente, a menudo llamado "púa". Introduce la mano y sácalo con facilidad.
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Opcional: Pelar la piel: La piel fina y moteada del exterior del calamar es comestible, pero muchos chefs la retiran para una presentación más limpia y atractiva. Para ello, tome un trozo de piel y pélelo hacia la punta del calamar. Deseche la piel.
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Enjuague final y secado: Lave bien el cuerpo y los tentáculos una vez más con agua fría. Después de enjuagar, seque el calamar con una toalla de papel. Este paso es importante, ya que una superficie seca ayudará a asegurar un mejor sellado al cocinarlo.
Una vez limpio, puedes cortar el cuerpo en rodajas para preparar los clásicos calamares fritos o usar el cuerpo entero para rellenar. Recuerda que los calamares se cocinan muy rápido, ¡así que ten cuidado de no cocinarlos demasiado!